El confinamiento que pasamos hasta el mes de Junio del 2020 nos han hecho pasar mucho más tiempo en familia y hacer otro tipo de actividades que no solíamos hacer en nuestra vida cotidiana.
El hecho de haber pasado muchos días encerrados en nuestras casas nos ha llevado a pensar en realizar cambios en nuestras viviendas para aumentar su nivel de confort o adaptarla a nuevas necesidades como habilitar lugares específicos de trabajo.
A todos nos han surgido muchas ideas de pequeñas o grandes reformas. Proyectando ampliaciones en los pisos y chalets y buscando el mayor aprovechamiento del espacio útil, acondicionamientos de terrazas, aprovechamiento de buhardillas etc.. mejorando el jardín de los chalés de la Moraleja y en Encinar etc.
Por otro lado, muchas personas que vivían en el centro de las grandes ciudades o en barrios con pocas zonas verdes, dieron el paso de adquirir una vivienda en las afueras para optar por la libertad y naturaleza, de ahí que en La Moraleja, Ciudalcampo y el Encinar de los Reyes hayan sido las zonas con más compraventas jamás conseguidas en un mismo año. En muchos de esos casos las nuevas viviendas adquiridas han necesitado una actualización general.
Todo ello ha provocado un rápido crecimiento de la demanda de todo tipo de servicios de construcción y reformas para atender a estas nuevas necesidades que ha llegado totalmente de improviso y en más de un 20% comparada con un año standard.
Con el aumento de la demanda en reformas y acondicionamientos de viviendas, nos encontramos con el problema de la escasez en materiales de construcción causada por las restricciones de movilidad y limitaciones de producción que ha sufrido el mundo entero por el impacto del COVID-19. Además de la subida intrínseca del costo de los materiales, esta se ve agravada por el costo de producción de los mismos derivado de la subida de la luz, y por si fuese poco, .. añadimos a ello la escasez de mano de obra para acometer reformas debido al crecimiento de la demanda.
Las plantillas de trabajadores estaban en mínimos por efecto también de la pandemia y el aumento repentino de la demanda no ha podido ser atendido al mismo ritmo que su crecimiento.
En una situación tan inestable, presupuestar las reformas es complicada, dado que el fenómeno del crecimiento de precios de los materiales no parece que haya concluido todavía.
Materiales como el acero, el aluminio o el hierro se han visto incrementados entre un 20% y un 50% en los últimos 12 meses .
En general los costes de construcción han subido entre un 10 y un 15 % y esto hace que los empresarios que se dedican a la construcción y reformas puedan enfrentarse a pérdidas, dado que muchas subidas de material no son trasladables al consumidor final por tener contratos cerrados.
Todo indica que estamos todavía en una fase de inestabilidad y que se necesitará todavía bastantes meses para que se ajuste. Probablemente hará falta un período de tiempo similar al que se requiera para la erradicación de la pandemia y que todos podamos vivir y desarrollar nuestra actividad en unas condiciones normales.