¿Por qué y cómo aislar térmicamente tu casa?

14/03/2022

Una vivienda mal aislada no permite mantener una temperatura confortable ni en los meses de invierno, ni en los meses de verano. Cuando hacemos un buen aislamiento en nuestro hogar, el ambiente se transforma, volviéndose más saludable y cómodo.
Un 99% de las viviendas de España pierden calor de forma innecesaria. Esto no es sólo una mala noticia para los más frioleros que han de compensar la falta de confort aumentando la temperatura de la calefacción sino que es un problema en cuanto a gasto energético.
De la misma forma, en verano sucede lo contrario. Enfriar estancias escasamente aisladas se traduce en mayor esfuerzo energético para mantenerlas frescas.

En las zonas de clima continental dentro de la península el aislamiento es crítico por las grandes diferencias térmicas de temperatura entre el verano y el invierno.

Para evitar este problema, realizar un buen aislamiento de la parte exterior (la fachada) de la vivienda sería la primera medida para evitar que tanto el frío como el calor penetren en el edificio sin ningún tipo de barrera.
El gas y la electricidad están subiendo constantemente y en España tenemos las facturas más altas de Europa y todos los aparatos para enfriar o calentar la casa ya sea calefactores o aire acondicionado consumen muchísimo.

Hay estimaciones que dicen que cada grado de temperatura que subimos o bajamos, alteran nuestra factura un 7 % aproximadamente.

Para aislar térmicamente nuestras viviendas tenemos varias opciones.
Como hemos comentado, la primera opción y más aconsejable sería empezar por el aislamiento exterior de una vivienda.
Con este tipo de aislamiento conseguimos crear una capa exterior que no nos hará perder espacio en el interior y bloqueará la entrada del frío frenando al mismo tiempo el calentamiento de la vivienda. 

Con la constante evolución de los materiales de construcción existen numerosas posibilidades a la hora aislar las viviendas desde el exterior. Soluciones como fachadas ventiladas, pinturas especiales, o colocación de paneles aislantes o espumas se utilizan cada vez con más frecuencia para bloquear la entrada de frío o calor.

Las cubiertas también deben ser aisladas para evitar pérdidas. Si son planas se colocan paneles o placas que pueden servir como pavimento, eliminando primero cualquier humedad que exista y si la cubierta es inclinada, se puede hacer desde el interior con un falso techo que tenga una manta aislante.

En muchas viviendas de nueva construcción que tenemos a la venta en Rea, en la zona de la Moraleja, el Encinar de los Reyes o Ciudalcampo se están poniendo cubiertas verdes, compuestas por una capa de tierra que funciona como aislante y sobre la que se planta vegetación.

Si el suelo de la vivienda está directamente sobre el terreno tendremos la sensación de un suelo frío y para que eso no pase se debe colocar también una capa de aislamiento resistente al peso de la casa, instalando si es posible suelo radiante que funcione con aerotermia o con los sistemas de calefacción tradicionales.

El inconveniente del aislamiento externo es su coste. Si no se trata de viviendas de nueva construcción en la que ya se han previsto este tipo de actuaciones resulta costoso aislar desde el exterior viviendas ya construidas.
Por eso, siempre tenemos la opción de mejorar el aislamiento de la vivienda desde el interior. Un buen aislamiento térmico (y acústico) de una vivienda, redunda no sólo en un mayor confort sino que revaloriza la vivienda.

Aislar desde el interior:
El aislamiento desde el interior es prácticamente obligado para casas construidas hace más de 30 y 40 años que no fueron construidas con materiales aislantes y cuyo confort queda en manos de sistemas de calefacción o aire acondicionado de gran gasto energético.
Existen numerosas soluciones para mejorar radicalmente el confort del hogar aislando adecuadamente todas la estancias.
Se puede optar tanto por inyectar espumas aislantes en el tabicado interior de las viviendas añadiendo posteriormente paneles o pladur como directamente montar placas de celulosa, lana mineral, lana de roca o corcho en tabiques y techos previamente a montar las placas de pladur de las paredes.
Aunque fruto de estas intervenciones reduciremos un poco la superficie útil de las estancias (o la altura de techo) el resultado en confort y ahorro compensa largamente este pequeño inconveniente.
Por último y no menos importante, es fundamental considerar que las ventanas, puertas y en general todos los elementos de la carpintería exterior de la vivienda es uno de los puntos débiles de las casas y por eso resulta crítico que optemos por materiales de calidad (tanto en aluminio como en PVC) con vidrios con el espesor suficiente (en función del clima de cada localidad) que eviten la fuga de calor o frío del interior al exterior.
Además de esto, es recomendable poner contraventanas o persianas para que se añada un plus de aislamiento.