Editorial
Tras un año de subidas generalizadas en los precios de la vivienda y de ventas de chalets en las áreas residenciales a un ritmo vertiginoso, sin precedentes en 25 años de nuestra existencia como agencia en La Moraleja, escribo esta editorial en un momento de gran incertidumbre al haber estallado hace tan solo unos días la guerra de Ucrania.
Si este hecho de especial relevancia no hubiese ocurrido, las expectativas de ventas para el año 2022 estarían muy cercanas al año 2021 por las razones siguientes:
En primer lugar, porque los compradores en estos últimos años tras la pandemia disponen de mucha liquidez posiblemente por el ahorro de las familias en ese periodo.
En segundo lugar, porque la financiación está muy barata y aunque se apuntaba a subidas de tipos para este año, los compradores compraban con poco apalancamiento, posiblemente debido ala liquidez existente.
En tercer lugar, porque se respiraba optimismo y confianza en el sector de residencial y muchos compradores estaban no solo pensando en comprar para mejorar de casa si no también en invertir para conseguir rentabilidades seguras en inmuebles residenciales.
En cuarto lugar, porque la oferta residencial se ha ido reduciendo gracias a que el ritmo de venta de viviendas ha ido mucho mas rápido que el de la oferta de viviendas.
Con la guerra de Ucrania, nos cuestionamos en qué medida nos va a afectar a las ventas en el sector.
Ante las subidas de IPC y la situación general, este año posiblemente los inversores apostarán por el mercado inmobiliario frente a la volatilidad de las inversiones financieras.
La guerra va a ralentizar la subida de tipos que estaba prevista ante la necesidad de los bancos centrales de apoyar las economías.
El optimismo y la confianza se van a ver afectados por la guerra y aunque muchos compradores piensen en la inversión inmobiliaria como valor refugio, también habrá quien tenga miedo a perder liquidez ante esta situación.
La oferta inmobiliaria posiblemente también se vea incrementada ante cierto temor a la crisis que provoca el conflicto en la economía mundial y posiblemente se moderen los precios de salida de los inmuebles que actualmente vemos desbocados.
En conclusión, consideramos que el año 2022 va a ser un buen año para el sector, se va a ampliar la oferta inmobiliaria, quizás los precios de la misma se adecúen más a la realidad de la demanda y el acceso a la financiación va a seguir siendo muy favorable.
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Berta Esparza
Directora