¿Subirán los precios del alquiler por la Ley de Vivienda y las revisiones de los contratos conforme al IPC?
Según la previsión de la Agencia Negociadora del Alquiler, los precios podrían subir hasta un 5 % gracias a la Ley de la vivienda y las revisiones de los contratos conforme al IPC
Desde que apareció la pandemia, la oferta de viviendas en alquiler experimentó un crecimiento considerable. Por una parte, salieron en alquiler convencional un gran número de viviendas que estaban dedicadas al alquiler turístico y por otra, al verse afectados los propietarios por la falta de ingresos por culpa de la pandemia, sacaron sus viviendas vacías en alquiler para obtener mayor liquidez.
Este aumento de la oferta presionó a la baja el precio de los alquileres, llegando a alcanzar en algunas comunidades autónomas descensos de hasta dos dígitos.
Conociendo las causas por las que han bajado los precios, los gobernantes ya sea por política o por ideología han aprobado un anteproyecto de ley que va a impactar de forma directa en la oferta de las viviendas en alquiler ya que muchas de las medidas van en contra de los generadores de ofertas, es decir, de los arrendadores.
En principio la lógica invita a pensar que a menor oferta los precios deberían tender a subir.
Los puntos de este anteproyecto que se han ganado más críticas son sobre todo los que penalizan a las viviendas vacías y los que tienen que ver con la regulación del mercado.
Estas medidas, lejos de hacer más accesible y económico el alquiler serán probablemente causantes de subidas de precio por el impacto que tienen para los pequeños propietarios (que verán reducida en 10 puntos su reducción fiscal por alquilar una vivienda, sufrirán el recargo en el IBI por tener pisos vacíos que afecta incluso a las zonas no tensionadas, la duración de los alquileres se alargará hasta los 11 años si así lo solicita el inquilino y deberán congelar las rentas).
También se establece un recargo sobre el IBI (150%) que recaerá sobre propietarios que tengan hasta 4 viviendas (dos de ellas vacías).
Todo un cocktail explosivo que desincentiva y perjudica al libre mercado del alquiler en el que veremos congeladas las rentas durante larguísimos periodos de tiempo (las rentas de los nuevos alquileres no podrán ser además superiores las rentas del último contrato actualizado con el IPC).
En este contexto, es más que probable que se genere incertidumbre en muchos propietarios que podrían preferir sacar sus viviendas del mercado de alquiler y ponerlas en venta.
Si unimos a este factor la creciente inflación y subidas de precios el escenario que se presenta es en principio alcista.
En todo caso, 2022 es un año complicado en cuanto pronósticos. La situación post-pandemia todavía no dibuja un horizonte claro.
La situación geográfica de las viviendas (y su tipología) tiene y tendrá mucho que ver en la evolución de los precios en cada zona (tanto en alquiler como en venta).
En zonas como Madrid capital y Norte, con sus zonas más representativas; La Moraleja, El Encinar y Ciudalcampo y en ciudades como Barcelona, San Sebastián Palma y Bilbao se dibuja claramente un escenario de subida que ya ha comenzado con la revisión de contratos en función del IPC.
Según avance el año podríamos ir viendo cambios de tendencia motivados por la evolución del COVID-19 y su impacto en cuanto a forma de vida (y soluciones de habitabilidad).
Lo que parece claro es que 2022 se presenta como alcista tanto en la compraventa como en el alquiler de viviendas.